Sentir un ardor constante en el pecho puede ser señal de algo más que una simple acidez estomacal. El reflujo gastroesofágico (RGE) ocurre cuando los ácidos del estómago suben al esófago, causando molestias que, en casos graves, pueden requerir cirugía. La cirugía antirreflujo es una opción efectiva para quienes ya no encuentran alivio con tratamientos convencionales. Como especialista en cirugía laparoscópica, te explicaré cuándo esta intervención es necesaria y cómo puede mejorar tu calidad de vida.
¿Qué es la cirugía antirreflujo?
La cirugía antirreflujo, también conocida como funduplicatura, es un procedimiento quirúrgico diseñado para mejorar el funcionamiento de la válvula entre el esófago y el estómago, llamada esfínter esofágico inferior. Este esfínter actúa como una barrera natural que evita que los ácidos estomacales regresen al esófago. Sin embargo, en personas con reflujo, este esfínter no funciona correctamente.
¿Cómo se realiza la cirugía antirreflujo?
La cirugía más comúnmente utilizada para tratar el reflujo gastroesofágico es la funduplicatura de Nissen, en la cual el cirujano rodea la parte superior del estómago (el fondo gástrico) alrededor del esófago para reforzar el esfínter esofágico inferior, creando una barrera más fuerte para evitar que los ácidos suban hacia el esófago.
En mi práctica como cirujana laparoscópica, realizamos la funduplicatura laparoscópica, lo que significa que la cirugía se lleva a cabo mediante pequeñas incisiones y con el uso de una cámara para guiar los movimientos. Esto proporciona varios beneficios, como:
- Menor dolor postoperatorio.
- Recuperación más rápida.
- Menos cicatrices visibles.
- Menos riesgo de infecciones.
¿Quiénes son candidatos para la cirugía antirreflujo?
La cirugía antirreflujo es recomendable en los siguientes casos:
- Reflujo gastroesofágico severo o persistente: Cuando los síntomas de reflujo, como acidez y regurgitación, no pueden ser controlados de manera efectiva con medicamentos.
- Esófago de Barrett: Esta es una complicación del reflujo crónico que puede aumentar el riesgo de cáncer de esófago. La cirugía puede ayudar a reducir este riesgo.
- Complicaciones relacionadas con el reflujo: Como la úlcera esofágica, la estenosis esofágica (estrechamiento del esófago) o la asma relacionada con el reflujo.
- Pacientes que no desean depender de medicamentos: Aquellos que prefieren evitar el uso constante de medicamentos para el reflujo o que no toleran los efectos secundarios de los mismos.
¿Cómo mejora la cirugía la calidad de vida?
La cirugía antirreflujo no solo alivia los síntomas de acidez estomacal y regurgitación, sino que también previene posibles complicaciones a largo plazo, como la esofagitis crónica o el esófago de Barrett. Muchos pacientes experimentan una mejora significativa en su calidad de vida, ya que ya no dependen de los medicamentos para controlar el reflujo y pueden disfrutar de una dieta más amplia sin temor a los síntomas.
Recuperación después de la cirugía antirreflujo
Después de la cirugía, la mayoría de los pacientes experimentan una recuperación rápida, especialmente cuando la intervención se realiza por vía laparoscópica. Sin embargo, es importante seguir ciertas recomendaciones para asegurar una buena recuperación:
- Reposo inicial: Aunque la cirugía laparoscópica es menos invasiva, es recomendable descansar y evitar actividades físicas intensas durante las primeras semanas.
- Dieta: Durante los primeros días, se recomienda una dieta líquida o semilíquida para permitir que el estómago y el esófago se adapten. Gradualmente, el paciente podrá volver a una dieta normal.
- Control de la acidez: Aunque la cirugía puede mejorar significativamente los síntomas, algunos pacientes pueden necesitar medicamentos para reducir la acidez del estómago por un corto tiempo.
- Seguimiento médico: Es crucial asistir a las citas de seguimiento con el cirujano para evaluar cómo está funcionando la cirugía y si es necesario hacer ajustes.
Posibles complicaciones de la cirugía
Aunque la cirugía antirreflujo laparoscópica es generalmente segura, como cualquier procedimiento quirúrgico, puede haber algunas complicaciones, aunque son raras. Estas incluyen:
- Dificultades para tragar (disfagia): Algunos pacientes pueden experimentar dificultad para tragar alimentos, especialmente durante los primeros días después de la cirugía.
- Gas o distensión abdominal: Algunos pacientes pueden tener sensación de hinchazón debido a la forma en que el estómago se adapta después de la cirugía.
- Recurrencia de síntomas: En raros casos, el reflujo puede volver a ocurrir, aunque esto generalmente se debe a problemas con la cirugía o a la debilidad del esfínter.
¿Qué pasa si no se trata el reflujo?
Si el reflujo gastroesofágico no se trata adecuadamente, puede dar lugar a complicaciones graves, como:
- Esofagitis: Inflamación del esófago que puede causar daño a largo plazo.
- Esofago de Barrett: Una condición precancerosa asociada con el reflujo crónico.
- Úlceras esofágicas: Daño al esófago debido a la exposición constante al ácido del estómago.
La cirugía antirreflujo es una opción excelente para los pacientes con reflujo gastroesofágico severo o persistente que no responden a otros tratamientos. Con el enfoque laparoscópico, los pacientes pueden disfrutar de una recuperación rápida, menos dolor y un alivio duradero de los síntomas. Si experimentas síntomas de reflujo frecuentes o graves, es importante consultar con un cirujano especializado que pueda evaluar tu situación y determinar si la cirugía es la mejor opción para ti.
Recuerda que como cirujana general y laparoscópica, mi objetivo es ofrecerte un tratamiento eficaz y personalizado que te permita recuperar tu bienestar y calidad de vida de manera segura y con el menor malestar posible.
Si quieres saber cuándo deberías acudir a una cita con una especialista en Cirugía General y Laparoscopia.