Primero, entendamos qué es una hernia abdominal
Una hernia abdominal ocurre cuando un órgano o tejido sobresale a través de una abertura o área débil en la pared abdominal. Aunque pueden aparecer en cualquier persona y en diferentes partes del abdomen, las más comunes suelen presentarse en la ingle (hernia inguinal), el ombligo (hernia umbilical) o en el sitio de una cirugía previa (hernia incisional).
Como cirujana general, uno de los temas más frecuentes en mi consulta son las hernias abdominales. Muchos pacientes llegan preocupados, con dudas sobre si realmente necesitan una cirugía o si pueden seguir viviendo con su hernia sin que esto represente un riesgo. Hoy quiero ayudarte a entender en qué momentos una hernia requiere intervención quirúrgica y cuándo puede manejarse de forma conservadora.
¿Todas las hernias necesitan cirugía?
La respuesta corta es: no siempre. Sin embargo, hay ciertos factores que determinan si una hernia necesita ser intervenida:
- Síntomas persistentes o dolorosos: Si la hernia causa dolor frecuente, molestias constantes o interfiere con tus actividades diarias, es una señal de que necesita ser tratada.
- Tamaño creciente: Las hernias no desaparecen por sí solas, y muchas veces tienden a aumentar de tamaño con el tiempo, lo que puede complicar la cirugía futura.
- Complicaciones como incarceración o estrangulación: Estas son las situaciones más graves. Una hernia encarcelada ocurre cuando el tejido queda atrapado en la abertura abdominal, y una hernia estrangulada implica que el flujo sanguíneo hacia ese tejido se ha cortado. Estas condiciones son emergencias médicas que requieren cirugía inmediata.
- Signos de alarma: Cuándo acudir al médico de inmediato
Algunos síntomas indican que la hernia necesita atención médica urgente:
- Dolor intenso y repentino en el área de la hernia.
- Un bulto que no se puede empujar de vuelta hacia el abdomen.
- Enrojecimiento, hinchazón o calor en la zona afectada.
- Náuseas y vómitos.
Si presentas alguno de estos síntomas, no lo dejes pasar. Estas señales pueden indicar que la hernia está estrangulada y el tejido afectado corre riesgo de necrosis.
¿Cómo es la cirugía para reparar una hernia?
Existen dos métodos principales para reparar una hernia abdominal:
- Cirugía abierta: Se realiza una incisión sobre la hernia, se devuelve el tejido al lugar adecuado y se refuerza la pared abdominal con puntos o con una malla quirúrgica.
- Cirugía laparoscópica: Es una técnica mínimamente invasiva en la que se realizan pequeñas incisiones y se utiliza una cámara para guiar el procedimiento. Esta opción suele ofrecer una recuperación más rápida y menos dolorosa.
La elección entre una técnica u otra depende del tipo de hernia, su tamaño, tu estado de salud y otros factores específicos que evaluaremos en consulta.
¿Qué pasa si no opero una hernia que lo necesita?
Es importante tener en cuenta que las hernias no desaparecen por sí solas, y aunque algunas pueden no causar síntomas de inmediato, con el tiempo pueden crecer, causar más dolor o derivar en complicaciones graves.
La cirugía preventiva es mucho más segura y menos compleja que una intervención de emergencia cuando ya existen complicaciones.
¿Se puede prevenir una hernia abdominal?
Aunque no siempre es posible evitar una hernia, hay algunas recomendaciones que pueden reducir el riesgo:
- Mantener un peso saludable.
- Evitar levantar objetos pesados de forma incorrecta.
- No hacer esfuerzos excesivos al evacuar.
- Fortalecer los músculos abdominales con ejercicios adecuados.
Cada caso de hernia es único, y la decisión de operar depende de una evaluación detallada. Mi compromiso como cirujana general es ofrecerte una valoración honesta y clara para que juntos tomemos la mejor decisión para tu salud.
Si tienes una hernia abdominal o sospechas que podrías tener una, no dudes en acudir a consulta. Resolver tus dudas a tiempo puede marcar la diferencia entre un procedimiento sencillo y una emergencia médica.
Si quieres saber cuándo deberías acudir a una cita con una especialista en Cirugía General y Laparoscopia.